
El martes 9 de septiembre por la tarde, el Auditorio de la Escuela de Economía y Negocios se llenó para una de las mesas centrales de la Semana de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (SIDI). El debate sobre “Perspectivas macroeconómicas para la Argentina” reunió a tres economistas de referencia: Milagros Gismondi, Martín Rapetti y Fausto Spotorno, bajo la moderación de Matías Kulfas.
El encuentro inició con la presentación del decano Marcelo Paz (EEyN-UNSAM), que abrió con una reflexión sobre el valor de “escuchar todas las voces” y reivindicó a la UNSAM como una universidad que tiene la investigación en el centro de su vida institucional, Paz subrayó que, en un país donde “cada uno quiere hacer prevalecer su idea sin escuchar al otro”, la universidad pública tiene la responsabilidad de ofrecer un espacio plural para el intercambio. “Hacer ciencia tiene que ver con la voluntad, pero sobre todo con la pasión”, señaló, en un inicio que colocó a la SIDI como espacio de compromiso colectivo y no solo académico.
El diálogo, atravesado por la coyuntura política y económica, mostró diagnósticos distintos pero complementarios. Martín Rapetti partió de un estudio comparado de 46 planes de estabilización que comenzó en 2021 y fue publicado en Oxford Development Studies. Mostró que los programas que lograron algún éxito transitorio partieron de situaciones con superávit en la cuenta corriente, aunque ese saldo positivo se fue deteriorando hasta forzar correcciones cambiarias. “En ningún caso el tipo de cambio deja de rezagarse, siempre se atrasa, y eso termina empujando la necesidad de una devaluación”, explicó. También señaló que “históricamente el principal proveedor neto de dólares a la economía argentina fue el sector público, que toma deuda en dólares para pagar en pesos”, lo que desplaza al agro del lugar común de fuente exclusiva de divisas.
Gismondi recordó que en abril todavía se debatía si el plan de estabilización ya estaba encaminado y que incluso se discutían reformas estructurales y crecimiento hacia 2026. “Esa charla se dio el 11 de abril, el día que Caputo dijo ‘comprá, campeón’… desde entonces pasó de todo y hoy volvemos a preguntarnos si el plan de estabilización está más al revés y qué le falta para llegar a las reformas”, señaló. Para la economista, el gran interrogante de este tiempo es qué financiamiento tendrá la Argentina después de las elecciones: “Ese es el tema, porque de los tres pilares del programa económico —lo fiscal, lo monetario y lo cambiario— muchos venimos señalando que lo cambiario es el talón de Aquiles”. También advirtió que el camino hacia 2026 sigue abierto: “Lo más complicado no es llegar a la elección sino ver si en 2026 se crece”.
Spotorno comenzó señalando el peso de la política en el escenario económico: “Argentina tiene un problema serio político”. Explicó que un gobierno sin fuerza política no puede garantizar la continuidad de un programa económico ni reformas, y que por eso los mercados miran las reservas como única garantía. Al referirse al ahorro, describió la magnitud de la fuga de capitales: “Estamos hablando de entre 250.000 y 500.000 millones de dólares de ahorros argentinos en el exterior, contra 70.000 u 80.000 millones en depósitos en el sistema financiero local”. Remarcó que para crecer el país necesita al menos “20% del PBI de inversión por año”, lo que vuelve imprescindible una entrada de capitales sostenida. También mencionó que “el tipo de cambio de largo plazo se define por el equilibrio de la cuenta corriente” y advirtió sobre la fragilidad que implica no contar con un flujo continuo de dólares: “Necesitamos ahorros desde afuera para sostener esa tasa de crecimiento”. Y concluyó afirmando “Hay que dejar de discutir lo secundario y empezar a discutir lo principal: estabilidad, cuentas públicas ordenadas y ambiente de negocios”.
La jornada terminó con una ronda de preguntas y respuestas moderadas por Matías Kulfas, director del Doctorado en Ciencias Económicas (EEyN-UNSA), donde se rescató el valor del cruce de perspectivas: comprender que la estabilización demanda anclas creíbles, financiamiento suficiente y reglas estables para que el sector privado vuelva a desplegar planes de inversión de largo plazo, pero analizando el impacto político que tienen las elecciones en los procesos de estabilidad cambiaria.
Diez años después de su primera edición, la SIDI vuelve a demostrar por qué es una de las actividades insignia de la EEyN. Como sintetizó Paz en el inicio, se trata de sostener el debate en un país donde no siempre se escucha al otro. Y esa convicción, dijo con orgullo, es lo que hace de la UNSAM y de la SIDI, un espacio único.
Reviví la mesa de diálogo “Perspectivas macroeconómicas para la Argentina” en el canal de YouTube de la EEyN-UNSAM haciendo click aquí.
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